Es como una raíz artificial, fabricada de titanio, creada para sustituir dientes ausentes o perdidos, capaz de integrarse de forma sana y natural con el resto de los tejidos de la boca.

Tras su colocación dentro del maxilar o de la mandíbula sirve para que, una vez que esté osteointegrado, dé soporte a los nuevos dientes artificiales, coronas o prótesis removibles, que irán unidos al implante.

¿Qué es un implante dental?

A través de un proceso denominado osteointegración, mediante el cual en el organismo se produce una unión directa entre el hueso y la superficie del implante.

Tras unos meses, finalizada la osteointegración, el implante es capaz de soportar una prótesis para hacer frente a todas las demandas estéticas y funcionales como si se tratase de un diente natural sano. Otra característica de la osteointegración es la de ser muy estable en el tiempo, por lo que estos tratamientos ofrecen resultados satisfactorios que se disfrutan durante muchos años.

Para reponer dientes con estabilidad similar o incluso superior a la de los naturales, evitando utilizar dientes adyacentes. De esta manera, se rehabilita la boca funcional y estéticamente, con calidad y precisión.

Sirve como elemento de anclaje para las prótesis dentales removibles y ofrece la estabilidad necesaria para dar confort y seguridad.

Se mantienen las dimensiones del hueso de los maxilares, evitando que se pierda volumen óseo por reabsorción tras una pérdida dental, impidiendo con ello tanto el deterioro de los tejidos como el aspecto de cara envejecida.

Mediante la colocación de un implante dental, SIN NECESIDAD DE TALLAR los dientes adyacentes sanos, cuestión inevitable, sin embargo, si se opta por la colocación de un puente.

El implante, a semejanza de un diente, consta de tres partes: la porción que queda bajo la encía, el pilar que emerge en la boca y la corona o prótesis que lo recubre.

Por eso, con un implante, la apariencia natural y las funciones masticatorias y de fonación quedan totalmente restauradas sin necesidad de alterar los dientes adyacentes.

En la gran mayoría de las ocasiones se realiza con anestesia local, al igual que otros tratamientos odontológicos. Habitualmente se perciben las sensaciones de presión y el ruido de los instrumentos. Tras la intervención y al desaparecer los efectos de la anestesia, pueden sentirse leves molestias y ocasionalmente de más intensidad.

A partir de las 24 horas, en algunos pacientes con predisposición puede presentarse hematoma e inflamación de la zona: son el reflejo de la reacción reparadora de los tejidos tras la intervención y no suponen problema alguno.

El titanio quirúrgico, material con que se fabrican, reacciones tóxicas ni irritativas sobre los tejidos, lo que supone que el organismo no lo reconoce como extraño. Por otra parte, ha demostrado ser biocompatible, bioinerte, estable, con capacidad de integrarse con el hueso (osteointegración) y muy buena tolerancia por parte de los tejidos blandos.

En resumen, la posibilidad de que produzcan reacciones de rechazo o alergias es muy improbable.

Ahora bien, transcurridos unos meses, en algunos casos pueden aparecer complicaciones derivadas de la falta de osteointegración del implante y pueden tener que ser retirados. Son casos excepcionales que suelen deberse a razones como infecciones de la zona operada, deficiencias en la vascularización, alteraciones en los procesos reparativos del organismo, frecuentes en fumadores y cuando existe estrés o sobrecarga funcional cuando soportan una prótesis.

Los implantes están sometidos a los mismos riesgos de infección que los dientes naturales.

Una persona con una periodontitis activa sin tratar corre el riesgo de que las bacterias responsables de esta enfermedad puedan infectar a los implantes que se le hayan colocado. Consecuentemente, se produce una PERIIMPLANTITIS o infección alrededor de un implante, que complicará la supervivencia del mismo y puede ocasionar su pérdida si no es tratado a tiempo.

En resumen, los pacientes con enfermedad periodontal pueden someterse al tratamiento con implantes dentales con las mismas posibilidades de éxito que una persona sin esta enfermedad, siempre y cuando la periodontitis haya sido tratada con anterioridad y el paciente esté cumpliendo con sus citas de mantenimiento periodontal. Si bien al ser una enfermedad crónica con posibilidad de recidiva, estos pacientes requieren una vigilancia continua: revisiones y mantenimiento periódicos.

No sólo se recomienda para cumplir funciones estéticas, sino también para ir modelando los tejidos e ir dando forma a la encía.

Incisivo central derecho fracturado
Se recomienda su extracción y la colocación de un implante en el momento de la extracción
Radiografía del implante una vez colocado
Corona provisional sobre implante
Corona provisional sobre implante haber realizado un injerto de encía previamente
Se observa el adecuado modelado de la encía alrededor de la corona provisional
Corona definitiva sobre implante
Se observa el buen estado de la encía al cabo de un año de haber colocado la corona definitiva

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