El blanqueamiento dental es un tratamiento netamente estético que logra reducir varios tonos los dientes, dejándolos más claros y con mejor apariencia. Se puede realizar en la clínica o en casa bajo supervisión del odontólogo, ya que es un proceso clínico, en el cual se tratará de aclarar la superficie dental entre 2 y 3 tonos.
Antes de comenzar un blanqueamiento, el dentista realiza una exploración clínica del estado bucal y se toman medidas de las arcadas del paciente.
Existen dos tipos de agentes blanqueantes: el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida, ambos se emplean con distintas concentraciones, según el método que se vaya a utilizar: en la clínica o en casa.
Si se va a realizar en su domicilio, debe hacerse bajo la supervisión de su dentista y acudiendo a la consulta cada vez que sea preciso.
Una vez tomadas las medidas de la boca, se confecciona una férula de resina transparente blanda para poder aplicar en ella el gel blanqueador, de acuerdo con las instrucciones del dentista.
Es un procedimiento que no debilita los dientes, aunque en algunos casos puede aparecer hipersensibilidad, reversible, de los dientes o de las encías. A fin de que la encía no sufra irritación ni daño alguno, debe evitarse poner demasiado gel blanqueador.